FLOWERS
esperanzadelafuente@gmail.com
esperanzadelafuente.com

26 mar 2014

Saint Lucia











JJ´s es un bar que esta en lo alto de la colina de esta isla al sureste del Caribe. Allí los miércoles noche es como si fueran sábados. Las chicas se ponen sus faldas cortas y lo chicos se atusan la melena o las rastas. Depende de qué. 

Hay go-go´s encima de las barras. Se bebe ron. Pero también cervezas y tequila. La mayoría de las veces no tienen cambio para los billetes de 100 dólares, los cuales equivalen casi a 300 dólares caribeños, pero los camareros son tan majos que te dejan que te lleves la cerveza sin pagar. La simpatía de los caribeños confunde al principio, sobretodo si vienes de Londres. Después de varios "Princess, let me take care of you" y "Princess, come to JJ´s" no solo te convencen para acabar en JJ´s sino que además te empiezan a caer muy bien y te das cuenta que quieres hacerte amiga de ellos. 
Todos tienen unos cuerpos de escándalo, sobra decir el tono de la piel y en general, son más jóvenes de lo que pensabas. Muchos de ellos llevan un bolsito cruzado de esos de hombre, que suelo condenar a primera vista, pero curiosamente en ellos no me rechina. Va con el look. 
JJ´s se convierte en discoteca al dar las 12 de la madrugada. Craso error, sobretodo si te tienes que levantar a las 5. 
Se escucha Rihanna,  Lady Gaga y Madonna. Y se sigue bebiendo cerveza. 
Al cabo de unas horas decides que es hora de volver, después de intercambiar tu ´facebook´ con algunos de tus nuevos amigos, bajas la cuesta  haciendo un ligero zig zag por el ron y la cerveza. Unos más que otros, he de decir,  aunque prefiero no dar nombres. Además he prometido que las fotos de mi móvil quedan censuradas. Lo que pasa en JJ´s se queda en JJ´s. 

Han pasado casi dos meses, y no hay día que JJ´s no salga en una conversación. Pensé que debía compartirlo. 


+++

photos by me 

20 mar 2014

Come to bed




- Come to bed
- I am coming
- Don´t be coming, come!


++

photo by me
text André Gorz ´Carta a D. Historia de un amor´


19 mar 2014

Capítulo Uno






1. Capítulo uno 

Hay  varias maneras de crecer.

Durante una época crecemos de tamaño, nos reímos de los que son más pequeños, o de aquellos que son más altos. También de los excesivamente flacos, o de los más gorditos.
Comparamos a ver quién es el más rápido, el que salta más alto o el que más come.
Las niñas con las niñas, los niños con los niños. Épocas en las que los niños te levantan la falda y juegas al escondite y a los muñecos. Épocas de bocadillos de nocilla, actimel y cumpleaños con piñata. Un día de repente levantas la cabeza y te ves sentada en tu casa, pagando tus facturas y de camino al trabajo, igual que hacía tu padre todas las mañanas después de desayunar. Y sin querer te das cuenta que ya has crecido, no sólo de estatura, y que evidentemente no hay vuelta atrás.

Todo esto me vino a la cabeza al encontrar entre las cajas tus cartas. Dándome cuenta de lo mucho que ha pasado desde la última vez que te vi.

Lo cierto es que me vienes a la mente en ocasiones. Quizá más veces de las necesarias, y me pregunto como estás, si te va bien, si estás sano, si ganas dinero suficiente. Me pregunto si te has casado, o si tienes éxito en tu carrera y si has vuelto a conducir.
Me pregunto dónde vives ahora y si tienes una casa bonita, si has viajado a lugares recónditos estos últimos años y  sobretodo si estás contento.

Lo cierto es que en mi caso las cosas han cambiado, pero no drásticamente. Sigo viviendo en París, he cambiado de casa unas 5 veces . Tengo un trabajo que me gusta, aunque a veces me queje. Y desde la última vez que nos vimos he estado en unas 16 ciudades diferentes. Voy en bici cuando puedo. Me sigue gustando tocar el piano, leer, ver películas y las exposiciones fotográficas. Sé un poco más de arte y arquitectura, pero sigo siendo una ignorante en política. Hablo tres idiomas, cocino decentemente de vez en cuando, sobretodo cuando vienen amigos a casa y en lo que la mayoría de mis amigas han tenido un novio que conservan, yo he tenido unos cuantos. A lo que mi madre se echa las manos a la cabeza y dice “¿Otro?” y yo respondo que sí, que este es el hombre de mi vida. Aunque lo cierto es que en general me acabo aburriendo soberanamente, y me duran lo que un suspiro. Y curiosamente hay veces que me viene a la cabeza como sería estar ahora tu lado. Si todavía nos reiríamos por las mismas cosas, o si discutiríamos por las mismas tonterías. Y si la vida sería tan fácil como era entonces. Y de repente me doy cuenta que te echo de menos.




M.P


+++